En una época donde la música cristiana sigue cruzando fronteras generacionales, Marcos Witt vuelve a recordarnos por qué es una figura tan influyente. Esta vez lo hace al lado de la banda venezolana Montesanto, en un sencillo que mezcla historia, gratitud y una profunda carga espiritual. La canción es una fusión de dos himnos memorables: “Mas el Dios de toda gracia” y “Quiero levantar mis manos”, presentados con una sensibilidad sonora renovada y una intención profundamente emotiva.
Con este lanzamiento, Witt continúa construyendo el camino hacia su esperado álbum “Legado”, un proyecto que no solo repasa su trayectoria, sino que también celebra lo que ha sembrado en miles de corazones a lo largo de los años. Esta nueva versión de los temas mencionados no es solo una regrabación; es una reinterpretación íntima y moderna, con arreglos cuidadosamente diseñados, protagonizados por cuerdas y voces que envuelven y elevan.
Historia: “Mas el Dios de toda gracia” y “Quiero levantar mis manos”
“Mas el Dios de toda gracia” fue escrita por Marcos tras una predicación de su padre, el misionero Frank Warren, y apareció por primera vez en su álbum “Alabadle” (1994). Por su parte, “Quiero levantar mis manos” es una composición de Miguel Casina que muchos creyentes recuerdan con cariño desde los días del “Proyecto AA”. Ambas canciones ya habían sido fusionadas en el álbum conmemorativo “25”, pero esta nueva entrega aporta un enfoque fresco y colaborativo, con la participación destacada de Montesanto, una de las bandas emergentes más queridas entre la juventud cristiana de habla hispana.
La producción estuvo a cargo de Steven Richards, Eliseo Tapia y Marcelo Núñez, y se llevó a cabo en Sonic Ranch, un estudio ubicado en el corazón de Tornillo, Texas, rodeado de naturaleza y una atmósfera que, según los artistas, ayudó a capturar el espíritu del proyecto.
Lo que realmente hace único este sencillo es el encuentro entre dos generaciones. Para Montesanto, colaborar con Marcos no es solo un honor, es un momento profundamente significativo. Sinaí Urdaneta, vocalista principal, recuerda cómo el libro Adoremos marcó sus primeros pasos en la fe, mientras que Yao D’Lima define el “legado” como el fruto visible de años de inversión en la Iglesia por parte de Marcos. “Somos legado”, afirma con convicción.
El agradecimiento también es tangible: “Gracias por marcar la historia de nuestras vidas y ministerio”, dice Sinaí. “En Montesanto hay mucho de lo que Dios te ha dado”.
Este lanzamiento no es solo música, es memoria viva. Es un tributo, una celebración y una declaración: el legado de fe y adoración sigue creciendo, inspirando a nuevas generaciones a levantar sus manos, una vez más, con gratitud.

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